domingo, 2 de marzo de 2014
JARDÍN DE CAROL KRAMER EN EL ARRAYÁN
Hace algunos años le pidieron a esta paisajista chilena que diseñara un jardín que se insertara en los cerros cordilleranos santiaguinos, en un lugar donde muchas veces cae la nieve y hay fuertes heladas.
El desafio no era solo eso.
La construcción de la casa realizada, para la numerosa familia, había dejado el terreno totalmente dañado, con muchos escombros y dividida en varios espacios, sin un orden ni lectura.
la tarea que se impuso Carol fue justamente esa. Dar una lectura armoniosa al lugar, sensible y respetuosa del medio ambiente.
Respetó la vegetación nativa existente en el lugar y la potenció en los sectores más depredados. Creó recorridos y espacios para permanecer, para disfrutar de las vistas y de la convivencia, para sentarse en una piedra, para ver crecer el musgo bajo unos árboles o gozar de la brisa bajo el amparo de su sombra.
Con el manejo habitual de su diseño mezcló en los sectores más cercanos a la vivienda una paleta arbustiva que fusiona colores y los vuelve más atractivos al pasar de las horas, y en especial cuando los rayos de sol pasan entre su follaje.
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